Estamos desarrollando un especial sobre los exaltados al salón de la fama de WWE en el año 2020 y 2021. Comenzamos, en el artículo anterior, a hablar sobre el nacimiento de la NWO, ya que el grupo ha recibido el honor este año. Hoy, vamos a comentar un punto culminante en su enorme storyline; quizás uno de los combates más importantes en la historia del wrestling: Hollywood Hulk Hogan se enfrenta a Sting en Starrcade 1997.
Como comentamos el otro día, Hogan se presentó por sorpresa en Bash at the Beach 1996, para hacer equipo con los Outsiders y atacar a los héroes de WCW, Sting, Luger y Savage. Entonces nació la NWO, y la historia del wrestling cambió.
La NWO atacó WCW, y fue haciéndose con la empresa. El programa principal de la misma, Nitro, competía con el programa de WWF, RAW, en las conocidas Monday Night Wars. Si bien, en junio de 1996, McMahon estaba por encima de Turner, aunque no de forma muy clara, a partir de ese verano en el que nació la NWO, y casi durante dos años, WCW superó ampliamente a WWF. Quizás es el combate entre Hogan y Sting que comentamos hoy el que marca la recuperación de Raw, a través de su llamativa Era Attitude. El caso es que la guerra entre los dos programas y las extravagantes propuestas de ambos lados, llevaron al wrestling a una exposición realmente grande, de tal manera que, incluso el programa que estaba por detrás en los ratings, hacía buenos números.
Hogan pronto se convirtió, gracias a las trampas, en World Heavyweight Champion, y mancilló la dorada correa del campeonato con pintura negra en la que ponía "NWO". Muchos hombres se unieron a su causa, empezando por Ted Dibiase y su clásico criado de WWF, Virgil, que teóricamente corría con la financiación del movimiento, si bien estuvo en él muy poco tiempo. Eric Bischoff, con su ansía de protagonismo, se convirtió en miembro oficial, así como un montón de rudos, mientras que en el bando de la WCW apenas resistían unos pocos, como Lex Luger o el también exWWF Roddy Piper, que mantuvo una acalorada rivalidad con Hogan.
Pero algo raro pasó con Sting. El gran héroe de WCW cambió; se alió con NWO y ayudó al grupo a vencer en una Wargames, haciendo rendir a su amigo de toda la vida, Lex Luger, con un Scorpio Deathlock (quizás comentemos este combate en el especial, me apetece). Luger juró venganza, pero Sting se sintió contrariado: afirmó no ser él el que aparecía junto a Hogan y compañía. Debido a las dudas de Luger y el resto de la gente sobre su integridad , se declaró agente libre, y juró aparecer cuando lo estimara oportuno.
Así, asistimos a una temporada en la que Sting no tuvo ninguna lucha en un montón de meses. Cambió su aspecto, convirtiéndose en un vengador cuya imagen era similar a la de El Cuervo, protagonista de una película homónima de culto. El nuevo Sting destapó al falso, y atacó, bate en mano, a la NWO, apareciendo desde el cielo en los momentos menos esperados. Era una gran época en la que, si bien la cosa siempre acababa igual, había una historia subyacente detrás, una evolución y un fin que los espectadores esperaban alcanzar, algo muy distinto a los programas de WWE de hoy en día, en los que uno sabe que no va a pasar nada, y en los que da igual, en realidad, lo que pase, salvo por alguna aparición estelar eventual.
El día definitivo en el que Sting se vio las caras con Hollywood Hulk Hogan llegó. Ocurrió en el evento Starrcade 1997, con el Campeonato Mundial en juego. Por desgracia, todo fue un desastre, y marcó el inicio de la decadencia de la storyline de la NWO.
Semanas atrás, Bret Hart había llegado a WCW, tras el conocido por todos Screwjob de Montreal en WWF. Durante el show, veló por los intereses de WCW frente a NWO, y su papel en el combate definitivo fue determinante.
El combate en sí mismo es la nada más absoluta. Sting y Hogan pelean sin hacer nada que se pueda recordar mínimamente. Después de un inicio arrollador del de la cara pintada, el campeón domina y, aparentemente, lo derrota con facilidad, si no recuerdo mal, tras un simple codazo. La frialdad es total entre el público.
Pero no hay toque de campana. En ringside, Bret Hart ha evitado que el encargado de la campana señale el final del match. En su lugar, él se viste de árbitro, expulsa al referee Nick patrick, afín a la NWO, y bajo su cargo, Sting derrota a Hogan para convertirse en World Heaviweight Champion, y anotar una victoria, al fin, al bando de los buenos. Todo el mundo sale de backstage para celebrar lo ocurrido.
Pero la realidad es que Le han robado el combate a Hulk. Los aficionados esperaron muchos meses para ver a un nuevo Sting vengar la causa de la justicia contra una alimaña tramposa que destrozaba todos los combates y todos los programas de la empresa, y al final, ese nuevo Sting, es derrotado de forma patética, y sólo es capaz de ganar gracias a las trampas. ¿Por qué WCW ha hecho esto?
Se suponía que no debía ocurrir así. Patrick era un referee rudo; debía contar muy rápido, de tal manera que fuera obvio que el resultado había sido injusto, y que la victoria de Hogan, era causa de las trampas. En tal situación, la actuación por parte de Hart habría sido legítima. Sin embargo, de la forma en la que se hicieron las cosas, la imagen fue la contraria a la pretendida.
Algunos defienden que fue un error de Patrick, y otros que este estaba conchabado con Hogan, fuera del kayfabe, para que así el Hulkster quedara bien. No está muy claro. Lo que sí ha trascendido por parte de Bischoff es que Sting no estaba en forma para tener el match; en todo el tiempo en que había estado sin pelear de manera regular, no había entrenado como debería. La verdad es que todas las luchas de Hulk Hogan de esta época eran de este tipo, así que tampoco se nota mucho la diferencia...
Puntuación: *
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