Vamos a empezar a hablar de la semana de premiers en la industria del wrestling americano. Porque, en Estados Unidos, hay temporadas altas y bajas en televisión, y en el wrestling, que es una disciplina que no descansa en todo el año, en 2019, se ha notado un poco más, por la llegada de AEW a TNT.
El lunes, en RAW, vimos cambios. Cambios en el tema de entrada, en la renovación de los decorados, y en las historias. El ataque de Brock Lesnar sobre Rey Mysterio, y los cuernos de Rusev, llamaron mucho la atención, y si bien muchos pensarán que son historias de mal gusto sin relación con el deporte, lo cierto es que este tipo de historias son las que crean una relación más profunda entre los personajes y los aficionados, y esa es la base para que las luchas tengan el ambiente apropiado. Hasta hoy, y después de 15 años de carrera, a nadie le había importado demasiado Bobby Lashley, pero ahora está en boca de todos (sobre todo, de Lana).
Da la sensación, en cierta medida, de que WWE se está esforzando más últimamente con RAW, porque va a poner mucha energía en Smackdown, que se estrenó esa misma semana en FOX, y se lo debe a USA Network. Después de años de pasividad con el show rojo, estaría feo que ahora se lo dieran todo al show azul. Sobre el estreno de este, hablaremos también estos días, porque tuvo muchos segmentos especiales, y enlazó con las rivalidades de cara a Crown Jewell, que, este año, incluyen a Caín Velazquez y Tyson Fury.
WWE, entonces, tiene dos grandes programas, lunes y viernes, bien posicionados, con unos 2.5 millones de espectadores, cada uno, a la semana. AEW no quiso meterse con esos programas, y colocó el suyo los miércoles. Sin embargo, fue la propia WWE la que buscó pelea.
Porque los miércoles son días de ver NXT en WWE Network. Triple H se lo pudo tomar como algo personal. Pero, en realidad, son cosas de negocios. WWE llegó a un acuerdo con USA Network, para emitir NXT en directo los miércoles por la televisión por cable, para hacer competencia a Dynamite. Así, llegaron las guerras a los miércoles por la noche.
Ya comenté el primer programa de NXT en este horario, que llegó un par de semanas antes que Dynamite. Entonces, se emitía una hora en USA Network, y otra en WWE Network, quedando la cosa incompleta. Pero, desde el 2 de octubre, NXT se emite el programa íntegro por USA Network.
En el estreno de AEW por la tele, el programa de los Khan superó al de Hunter. También el segundo lo supera por unos 300.000 espectadores. Mientras que NXT está en los 700.000 - 800.000 espectadores, Dynamite supera el millón. Aunque creo que NXT es mejor en términos de wrestling, y su roster es muy superior, AEW tiene varias ventajas.
Para empezar, NXT se puede ver en la Network a cualquier hora. La gente que lo veía ahí, lo puede seguir viendo, y no tiene por qué perderse Dynamite. Asimismo, el programa de AEW se graba en estadios llenos, con más de 10.000 personas, mientras que NXT se emite desde el Full Sail Center, que tiene buen ambiente, porque la gente está que arde, pero es pequeño y un poco triste. Y, no olvidemos, que AEW es la novedad, y eso siempre llama.
Como digo, NXT es un buen programa de wrestling, pero eso no lo es todo. WWE no tenía la necesidad de entrar en esta guerra y verse derrotada, pero se empeñó en ello, por soberbia. O, quizás, ¿No sería esto lo que quería? ¿Restar espectadores a Dynamite, para que el valor de su programa no crezca hasta convertirse en un adversario real de sus verdaderos programas, RAW y Smackdown? Quién sabe.
AEW no es un mal programa, pero tampoco parece muy novedoso con respecto a lo que es WWE, o lo que son Impact, MLW y todo esto. Pero tiene más peña en las gradas. El primer programa, acaba con la formación de un stable liderado por Chris Jericho, con la aparición estelar de Jack Swagger, que se atrevió a compararse a sí mismo con Caín Velazquez. Pobrecillo.
Quizás la mejor lucha del primer programa fue la que mantuvieron Riho y Nyla Rose por el nuevo AEW Women Championship. Riho consiguió esa posición al derrotar a Hikaru Shida en All Out, mientras que Nyla está aquí gracias a conseguir la victoria en el Casino Battle Royal del preshow de esa noche. Por la diferencia de fuerza y tamaño, esto es un claro David vs Goliat.
Pongamos cara a estas chicas, para quien no las conozca. Riho es una luchadora japonesa, de tan sólo 22 años, y 45 kilos de peso. Pesa casi menos que mi gato. A pesar de su juventud, como otras chicas de Japón, tiene ya una dilatada experiencia, pues empezó muy joven. Principalmente, es luchadora de Gatoh Move Pro Wrestling.
Por su parte, Nyla Rose, una luchadora mucho más poderosa, más bruta, que también ha tenido el apodo de "The Destroyer". Es una luchadora americana, con background en judo y taekwondo, y también buena experiencia, incluidas giras en Japón, y en concreto, en Sendai Girls. Aquí no hay aprendices.
Esta lucha no podría ser otra cosa que un David vs Goliat. La americana castiga bien la espalda de su rival, mientras que esta, que es una muñeca en sus manos, tiene algunos comebacks. En mi opinión, estos no son muy creíbles, porque, de verdad, es un pajarillo, y verla atacar o volar sobre su rival, en casi ningún caso, da sensación de peligro.
En la parte final, quizás sí que parece ya una fiera desatada. Los golpes suben de nivel, y el público disfruta lo que ve. Nyla le da vidilla a la lucha, al fallar un vuelo, y caer sobre un montón de sillas dolorosas, pero vuelve a aplicar ataques demoledores a la espalda. En minutos muy importantes del combate, TNT se va a publicidad, mostrando la acción en un cuadro pequeño, sin sonido, lo que me saca de la lucha. Tras esto, y con una ofensiva más creíble por parte de la japonesa, que aplica golpes de antebrazo muy locos, y un peligroso superplex, rematado con dos rodillazos, la victoria se decanta del lado de la underdog.
Puntuación: ***1/4
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