Como cada año, durante el verano de 2018, NJPW celebró su más importante torneo de peso completo, aquel en el que se decide quién será el retador por el IWGP Heavyweight Championship en Wrestle kingdom: El G1 Climax 28. Como siempre, muy buenas luchas han salido de este torneo.
Vamos a empezar comentando los dos combates más importantes en la edición de 2018. Ya buscaremos tiempo para revisar algunas otras que tienen, sin duda, su valor. De esta manera, nos aseguramos, lo antes posible, tener reseñado en el blog aquello que es de obligada reseña.
Kota Ibushi llegó a la final del torneo, y todos esperamos que lo ganara. Una lucha entre los Golden Lovers en Wrestle Kingdom por el mayor título de la empresa, sería genial. Habría una historia importante detrás. Pero, también en Japón, es muy difícil que cambios de main eventers tan repentinos se den. Finalmente, Hiroshi Tanahashi ganaría por tercera vez, el G1 Climax, y se convertiría en el retador al título en el evento más importante del año. Es lo mismo de siempre. Aunque sabemos que nadie tiene un pop mayor que Tana en Japón, y que el combate va a ser bueno, porque él es una máquina de luchar. Pero claro, nos gusta que pasen cosas nuevas. Y esa lucha, aunque sea buena, será una lucha de main eventers más, a la que le faltará un poco de historia.
Veremos esa final en el siguiente post. Hoy comentamos la lucha que Kota tuvo en el día 18, y que le permitió alcanzar el top del grupo. Sin esta victoria, no podría haber llegado a enfrentarse a Tanahashi. Su rival es el propio Omega.
Tenemos un buen combate entre los Golden Lovers. Omega comienza, desde el minuto cero, a atacar la espalda de Kota. Sigue la rutina clásica fijada en el Eddie vs Mysterio de Halloween Havoc 97, según la cual, un luchador aéreo es frenado por los ataques rudos sobre su espalda, de tal manera que no consigue usar su velocidad y su habilidad, ambas superiores a las de su rival.
Omega lo hace muy bien. No intenta impostar una técnica de la que carece. Desde luego, no es Eddie Guerrero. Sino que adapta sus movimientos habituales para que sean dolorosos para la espalda y el cuello de su amigo. Sus rodillazos en esa zona son imponentes, así como piledrivers y súplexs. Kota se ve, durante buena parte de la contienda, impedido en su ataque. Pero cuando ataca, ataca de verdad.
El come back aéreo de Ibushi resulta abrumador para Kenny, que no puede pararlo. Le cae por todos lados. Utiliza un par de pisotones que son diabólicos. Y así, llegamos a la parte final del combate, en el que todo ataque a la espalda se olvida, y esto se convierte en la guerra de siempre en un main event japonés, con golpes muy duros por ambas partes. Parece increíble que Ibushi sobreviva a algunos ataques del campeón, pero al final se impone después de una bomba cayendo de espaldas desde el esquinero, y un rodillazo en la cara. Gran final.
Puntuación: ****1/4
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