El fin de semana de WrestleMania ocupa una ciudad entera. Decenas de miles de seguidores de este deporte se dan cita, para ver el mayor evento de todos... y mucho más.
Porque, si tienes un negocio relacionado con el wrestling, sería estúpido por tu parte no aprovechar que todos los frikis de esa especialidad, están en una misma localización, dispuestos a gastarse la pasta.
Desde hace muchos años, las empresas indies americanas, hacen pequeños eventos en la ciudad que aloja el mayor PPV que existe. Pero esto se ha disparado en los últimos tiempos. Desde que WWE se ha empeñado en montar su evento en estadios enormes, y, además, trae su Takeover a la misma ciudad, más eventos independientes o de otro tipo hay, porque hay gente que viene de todo el mundo para ver WrestleMania.
En el fin de semana de WrestleMania 35, a principios de abril de 2019, WWE ofreció ese evento para 80.000 personas, en la ciudad de New Jersey. También, entre New York y New Jersey, se celebraron NXT: Takeover New York, la ceremonia del Hall of Fame, WrestleMania Axes, que incluyó combates de Worlds Collide todos los días, y, posteriormente, la grabación de RAW y Smackdown. Pero, además de eso, hubo mucho más.
Tuvimos el Supershow de la Wrestlecon, una feria que se monta cada año, en la que se dan firmas de autógrafos y entretenimientos varios, además de acoger shows y combates de promotoras que no tienen infraestructura para hacerlo por sí mismas. En esta edición, se presentó una cartelera muy buena, con cosas como un enfrentamiento entre Bandido y Will Ospreay, y otro entre Zack Sabre Jr y Shane Strickland.
Impact Wrestling llevó a cabo un show en vivo, que es algo que no hace normalmente. Se llamó United We Stand, en colaboración con otras promotoras como MLW y Lucha Underground, pretendiendo dar el mensaje de que, si las empresas pequeñas trabajan juntas, podrán enfrentarse a la fuga de talentos que está ocurriendo debido a la expansión de WWE y AEW.
MLW también tuvo varias funciones, grabando varios capítulos de Fusión, y uno de sus mayores eventos en el año, el Battle Riot, una batalla real al estilo Royal Rumble, de la que, en esta edición, salió triunfante LA Park.
Ring of Honor y New Japan Pro Wrestling unieron fuerzas, para presentar una gran entrada en el Madison Square Garden, batiendo, una vez más, el record de boletos vendidos para un show no-WWE (más de 16.000 entradas).
Muchos luchadores de New Japan estuvieron en otros shows, pero hubo más japoneses en La Gran Manzana. Porque DDT llevó a cabo una función, y también Stardom. Incluso Dragon Gate debía hacerlo, pero sus luchadores no pudieron viajar por problemas con el gobierno yanki. Y también, estuvieron alemanes de WXW, e ingleses de RevPro...
WWN Live tuvo, asimismo su supershow, así como uno de EVOLVE y de SHIMMER. Otras empresas americanas que dieron espectáculo son CZW, Chikara, Wrestling Revolver, WrestlePro, o GCW, siendo esta última la más destacable.
Hoy por hoy, cuando se acerca la semana de WrestleMania, a mí, personalmente, me interesa más ver los shows de GCW que de WWE. Son muy guay. Están hechos por auténticos frikis del wrestling, gente a la que le gusta esto, y eso se nota.
Desde hace 3 años, se celebra el evento Joey Janela's Spring Break, un show auspiciado por Janela, conocido y divertido wrestler independiente. En las distintas iteraciones de este evento, hemos tenido el tipo de espectáculo que más gusta a un seguidor de wrestling de hoy en día: buenas luchas, apariciones de leyendas, apariciones de estrellas internacionales, luchas de comedia, luchas hardcore, battle royal...
En la edición de 2019, además, el espectáculo ocupó dos noches, aprovechando que Game Changes Wrestling tiene su sede en New Jersey.
Pero, además, desde 2018, tenemos otro interesante evento de GCW. Se trata de Bloodsport, que, entonces, llevó el nombre de Matt Riddle (Matt Riddle's Bloodsport), y que, en 2019, ha tenido como host a Joshn Barnett (Josh Barnett's Bloodsport). Se trata, también, de un show muy especial, pero distinto.
Porque este está centrado en el shoot style. En general, presenta combates con un estilo mucho más realista, ya sea shoot, con un estilo MMA, o con un estilo de wrestling técnico, un Strong Style, o un wrestling más old school. Existen diferencias en los matices entre unas luchas y otras, pero tienen en común esa intención de dejar de lado el entretenimiento que se mantiene en Spring Break, para dejar paso a algo más realista, y más duro.
Josh Barnett's Bloodsport es un evento muy bueno, que vale la pena ver, pero que, sobre todo, explota en el main event en el que se enfrentan Barnett y Minoru Suzuki. Es difícil encontrar dos protagonistas mejores para un show de estas características. Y hacen honor a esa expectación, dando una lucha que es una auténtica locura.
El seguidor de wrestling actual conocerá a Suzuki como el lider del Suzuki Gun, un luchador de wrestling de la New Japan. Pero, en realidad, practica las artes marciales mixtas desde hace muchos años, y es uno de los fundadores de Pancrase, una de las primeras empresas de MMA del mundo.
Suzuki pertenece a esa vieja escuela japonesa, de hombres que realizan wrestling como una evolución de los deportes de contacto que aman. No es como esos chicos de hoy en día, que vieron RAW de pequeños, o a Rey Mysterio volando, y quisieron divertirse de igual manera. Es un guerrero, con un record de 30-19 en MMA, y con experiencia en Kickboxing, en Submission Grappling, y en otras disciplinas. Y, como luchador, no es mediocre, precisamente. Tiene 50 años, y sigue haciendo locuras como esta lucha ante Barnett.
Josh tampoco es manco. Es un animal. Es un luchador de MMA que ha peleado en UFC, Pancrase, PRIDE y Strikeforce, con un record de 35-8 y que, de hecho, anunció recientemente que había firmado contrato con Bellator. Además, ha luchado durante mucho tiempo en Wrestling, primero en New Japan, y, después, en Inoki Genome Federation. No es el típico luchador de MMA que se pasa al wrestling para sacar un poco de dinero cuando no puede practicar su deporte, sino que es de la escuela japonesa, como Suzuki, y como Antonio Inoki, con el que ha trabajado tanto. De hecho, comparten cierto estilo de Muay Thai y lucha amateur, y el propio Barnett siempre hablado de Inoki como una de sus grandes influencias, junto a Karl Gotch, porque, por encima de todo, se define como un catch wrestler.
Así, luchó en New Japan aún cuando su carrera en MMA estaba en su apogeo, y luego, pasó a luchar recurrentemente en los eventos de la nueva empresa de Inoki, en la que el también creador de New Japan expone luchas de estilo shoot. En los últimos años, le hemos visto luchar en Impact Wrestling frente a Bobby Lashley, y en otras promociones frente a Tom Lawlor y Jeff Cobb. Está claro que elige a sus oponentes bien, para que se adapten al tipo de combate que él quiere hacer.
En Josh Barnett's Bloodsport, se da un choque improbable, que deben celebrar todos los inmiscuidos: contendientes, la empresa y el público. Recordemos que aquí no hay cuerdas, porque no hay Rope Break.
La lucha es todo lo que cabría esperar con estos dos protagonistas. Comienza con un gran trabajo a ras de lona, y muchas llaves a las piernas. Suzuki aplica Sleepers, y Barnett, palancas, mientras el público vive este estilo con pasión, dando valor a cada movimiento.
Pero estos dos también son capaces de ponerse de pie, y darse golpes muy duros. Hay un codazo de Suzuki que es muy excesivo. La violencia sube, a través de rodillazos. Pero, si los rodillazos de Barnett son fuertes, los golpes del japonés lo son más aún. Barnett evita el Piledriver, y busca de nuevo la rendición, vía Medio Cangrejo y STF. Suzuki consigue salvarse sufriendo mucho, y decide buscar una silla. Está enfadado, y le pega hasta al referee. Pero su ataque con sillas enfada más aún a su rival.
Josh ataca con golpes muy stiff. Arrastra a Suzuki al ring, y, como en una lucha de MMA, mientras el veterano se cubre, le da rodillazos, y codazos. El americano aprieta la cocorota de Suzuki con una gran fuerza. Vaya resaca va a tener.
Los luchadores se parten la cara, primero, arrodillados, y, después, en pie. Esto es un duelo de machos, y, aunque Barnett es más fuerte y joven, Suzuki pone la cara del Muñeco Diabólico, y pide más. Al final, acaban dándose guantazos, hasta que... se acaba el tiempo del combate.
Sí, resulta que la lucha tenía 25 minutos de tiempo límite. La gente se vuelve loca, y pide "Fight Forever", pero Minoru la calma, al pedir 5 minutos más. La acción se reinicia, con más locuras.
Suzuki sigue con su personaje de monstruo loco, que se levanta de cada golpe sin vender nada, pero tras un súplex, cae al suelo, a pesar de todo su carácter. De nuevo es atrapado en una Sleeper. Suzuki ahora va a por la pierna, y la atrapa, mordiendo el pie del rival, a pesar de la bota. Suzuki habla en inglés, y Barnett le responde en japonés. Pero es Suzuki el que atrapa a su rival con una llave de wrestling clásico.
Los luchadores acaban la pelea como la comenzaron: a ras de lona. Hay muchos intentos de rendición, pero sin éxito. El tiempo vuelve a gastarse, sin que haya un ganador. Los luchadores conceden la calidad del rival, se dan la mano, se abrazan, y se arrodillan en señal de respeto.
La pelea es una locura de batalla, con todo lo bueno del estilo shoot y el strong style junto, con mucha personalidad, mucha técnica, y mucha furia. Ese reinicio de batalla para demostrar, durante 5 minutos más, que es imposible encontrar un ganador, es genial.
Puntuación: *****