Hace un tiempo que el Consejo Mundial de Lucha Libre presenta un evento especial para celebrar el año nuevo junto a sus aficionados. En 2019, el 1 de enero coincidió con la función de martes de nuevos valores en la Arena México.
Durante los meses previos, se fue calentando una rivalidad dentro de las luchas que suelen colocarse en el segundo o tercer puesto de la cartelera. Con gente que está muy lejos de los planos estelares de la empresa. Yago e Hijo del Signo comenzaron un pique con Camorra y Akuma. Son dos parejas de rudos, con mala baba, muy mala leche, que han tenido combates durante meses y meses.
Estos cuatro tipos son rudos de los de antes, luchadores mexicanos de los que no se dedican a dar saltos y a hacer cosas impresionantes, sino que utilizan la fuerza y la maña, que nunca olvidan su personaje, e incluso en las entrevistas se comportan como rudos de verdad.
Entre ellos, está Yago, que parece un luchador al que se quiere promover. Su máscara, propia de un alien, mola, pero también su forma de expresarse y luchar. Su nombre es de villano clásico, de un personaje de Otelo, obra de Shakespeare, que quizás sea uno de los personajes mejor descritos por el dramaturgo inglés, y que ha dado, incluso, nombre a una novela en México, que posiblemente sea más conocida en el país que la propia Otelo.
Su acompañante es Hijo del Signo, que perdió su máscara hace poco más de un año en un Infierno en el Ring, y que, como me atrevía a especular entonces, ha ganado en su personaje de villano, porque tiene cara de malo.
En la lucha, a pesar de que los cuatro son villanos bastante violentos, no lo expresan de manera correcta. No hay suficiente mala leche en la pelea, resulta bastante decepcionante. Parece una lucha más dentro de su rivalidad. Las dos primeras caídas se van rápido, y tenemos una tercera, un poco mejor.
En ella, hay una doble patada desde las esquinas sobre Akuma, en la que una Dropkick sale mucho antes que la otra, por lo que uno uno de los rivales le cae encima de una manera muy dolorosa. No debería haber salido así, pero queda bien. Yago se libra de Camorra con un Brainbuster, y a este le tienen que poner un collarín, por el impacto recibido en el cuello.
Akuma parece perdido enfrentándose a dos hombres él sólo, pero activa el Modo Bestia, y les hace frente estoicamente. Incluso vence a Signo, y se enfrenta en un single match con Yago. Está bien esa disposición, porque son los dos enmascarados, los que más se juegan aquí. Akuma le rompe la máscara, pero es vencido por Yago.
El perdedor se quita la incógnita, y parece uno de esos luchadores, por su tamaño y aspecto, que pueden salir ganando en su carrera sin tapa. Hermano de Demus 3:16, tan sólo tiene 22 años de edad, cuenta con 6 años de carrera profesional y se llama José Luis Florencio Martínez. Esperamos que su suerte aumente a partir de ahora.
Puntuación: **3/4
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