Hablamos en el último post publicado en el blog sobre la vuelta de Cody Rhodes a WWE, y su combate en WrestleMania 38 frente a Seth Rollins. La rivalidad entre ambos continuó, con otra victoria de la Pesadilla Americana en Backlash, y se dirigió hacia Hell in a Cell, evento en el que mantuvieron un match bajo las reglas que dan nombre al show: lucharon en una Jaula Infernal. Lo hicieron, además, en el main event de la velada, pues el campeón de todo, Roman Reigns es un campeón no demasiado interesado en el trabajo duro. Cualquier parecido con John Cena es casualidad. Recuerda, más bien, al Hulk Hogan de WCW, que siempre tenía cosas mejores que hacer que ser luchador.
El combate entre Cody y Rollins en Hell in a Cell nos dejó una imagen para la historia: la del pecho de Cody morado por una lesión en su pectoral, a pesar de la cual, se decidió a luchar y a dar un combate largo y violento. Es una de las muestras de sacrificio de esas que se la ponen dura a Vince. También es cierto que Vince ya no está; la duda que nos queda es si Triple H concibe a un Cody main eventer y campeón, o si optará, en su lugar, por los chicos de Next que tan bien le funcionaron y a los que está trayendo de vuelta uno a uno tras la salida de la empresa de su suegro.
Cody volvió, como vimos, a WWE en WrestleMania, y derrotó a Seth. En el programa de Raw posterior, tuvo unas palabras, recordando, con cariño, como siempre, a su padre. Quizás alguien pueda pensar que es un poco pesado con esto, pero me temo que es parte importante de su personaje, y no se puede abstraer de eso. Rollins apareció para darle la mano, y todo pareció hasta entonces correcto, pero se quedó en ringside a mirar cuando ocurrió el primer match del American Nightmare en RAW después de 6 años, con su risa burlona. Entonces, le retó a un segundo combate en Backlash que por supuesto el rubio de bote aceptó. Posteriormente, la caballerosidad acabaría, después que de Kevin Owens abandonara una lucha frente al exAEW, y Rollins no pudiera contener su frustración, atacando a este.
El Visionario tenía una excusa: fue sorprendido en WrestleMania; no se pudo preparar bien para el combate porque no conocía su rival. Quiso nublar la mirada de su oponente, al nombrar a su padre, diciendo que Dusty no fue lo suficientemente bueno para ser campeón. Todos sabemos que sí lo fue, fuera de WWE, mientras que en la empresa de McMahon hizo el payaso con un vestuario lleno de lunares amarillos que tendrá cierta repercusión en esta rivalidad. El caso es que, con esto, al fin la rivalidad se convirtió en algo personal.
Rhodes volvió a ganar en Backlash, mas su forma de hacerlo no fue demasiado limpia. Eso dejó abierta la opción de que volvieran a enfrentarse. Durante el match, Rollins volvió a burlarse de Dusty, utilizando sus clásicos puñetazos. A pesar de eso, Cody quiso pasar página y buscar nuevos oponentes. El exShield no lo permitió, y le atacó brutalmente.
Eso provocó que la rivalidad se convirtiera en trilogía: el cierre de la misma tendría lugar en una Hell in a Cell. Hay que destacar que, para esa lucha, Rollins llega al combate vestido con los lunares amarillos que sufrió Dusty en en su paso por WWF, y con los que Vince McMahon quiso torturarle por ser una gran estrella de la NWA, porque Rollins ha intentado, durante su rivalidad, in-visibilizar sus logros fuera de la empresa. Esto tiene una doble lectura: durante el match que mantuvieron en WrestleMania, Seth le dio la bienvenida de nuevo a Cody a "Las Grandes Ligas", señalando que su trabajo en AEW no vale nada, como no lo vale, en su opinión, el de su padre en NWA, JCP o WCW. Cody ya renegó de su personaje de Stardust durante aquel match, señalando precisamente lo contrario: que se ha hecho grande tras dar la espalda a los intentos de humillación que WWE desarrolla sobre sus luchadores, que afectaron a su padre, a su hermano, y a él mismo. Hoy toca el turno de acabar con Seth, y defender su apellido, y de esa manera, defender al wrestling del bullying de WWE.
Sin embargo, existía una duda razonable sobre su presencia en el evento, pues su lesión era conocida por todo el mundo. El tema Kingdom suena, despejando tal duda, pero, en el momento que Cody se quita su chaleco, muestra el estado de su pectoral, que es atroz. Parece una manzana pocha: lo tiene morado como si hubiera recibido mil chops de Kenta Kobashi. Así pues, tenemos un combate muy simbólico, en tanto que se utilizan en él, como en los anteriores, referencias diversas, pero también uno claramente enfocado a la lesión de Cody. Usando palos de kendo y otros objetos, el Freakin intenta aprovechar el legítimo dolor de su oponente a su favor, y este demuestra que apenas puede utilizar su brazo derecho.
La lesión de Cody provoca que cada movimiento cuente. Que la gente sienta el dolor de su ídolo, y que, por tanto, tema los ataques del rival. Eso vale oro en el wrestling, porque un combate real tiene mucha relación con el dolor y el miedo, y en la versión moderna de esta disciplina, eso se ha eliminado casi por completo, banalizando los ataques de los contrincantes. Cody, eso sí, consigue mantenerse en el match, aprovechando los errores de su rival.
Si Rollins va vestido con los puntos amarillos del Dusty de WWE, Cody saca de debajo del ring un cencerro. Quiere emular la versión más natural de su padre; la más midsouth: lo que verdaderamente era él como luchador, y lo hace de esta manera. Se ata a Seth, y pelea como si esto fuera una Texas Bullrope Match de las que disputaba Dusty. Seth se lleva un porrazo en la cabeza con el cencerro, que le hace ver las estrellas.
A pesar de todas estas virtudes, es cierto que esta lucha sigue el patrón de los combates violentos de WWE en los últimos años, que a mí no me gustan mucho: es una concatenación muy guionizada de spots: uno saca un objeto de debajo del ring, hay un spot, y el combate se para un rato hasta que otro saca otro objeto y realiza su propio spot. En mi opinión, a este tipo de matches se le ven demasiado las bisagras; y eso me saca de ellos. Son demasiado obvios.
El match continua de esta manera. Los dos luchadores lanzan finishers por todos lados, incluyendo aquellos propios de su respectivo rival, y se pelean por usar el Sledgehammer, el legendario martillo de Triple H. En primera instancia, el brazo de Cody falla, pero tras conseguir usar dos Crossrhodes, acaba el match con un martillazo.
Si bien esta lucha funciona de una manera demasiado modular, y con demasiados descansos entre spots, como he señalado antes, creo que goza de otras virtudes que la convierten, al menos, en un MOTYC. Tras lo ocurrido, Cody se alejaría de los cuadriláteros para curar sus males. No descarto un regreso en Royal Rumble.
Puntuación: ****
Una excelente forma de cerrar la rivalidad.
ResponderEliminarHAras la review de gunther vs sheamus? en clash at the castle?
Hola, amigo. Pues sí, quiero hacerlo en breve.
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