Este año, 2020, no estaba siendo muy malo en lo relativo a muertes de luchadores. De hecho, parece que esto del coronavirus ha tenido un efecto extraño sobre otro tipo de enfermedades. Como si un problema real, como si el miedo a la pandemia, aumentara las ganas de vivir de aquellos a los que les quedaba poco fuelle. Incluso el nivel de suicidios bajó bastante en Japón.
No ha habido muchos casos de luchadores conocidos que hayan muerto por causas naturales y, sin embargo, en sólo una semana, se han dado dos casos de fallecimientos de luchadores jóvenes por motivos fortuitos. El primero de ellos fue Shad Gaspard, del que ya hablamos hace unos días, que murió ahogado en el mar. Hoy, tratamos sobre Hana Kimura, joven luchadora japonesa de 22 años que se quitó la vida hace unos días.
Hemos dicho que ha descendido en número de suicidios en Japón, o eso ha transcendido. Entre otras cosas, porque, durante un par de meses de cuarentena, ha descendido mucho la presión social y profesional tan propia de un país con un sentido del honor incompatible con el fracaso. Pero hay una cosa que ni una cuarentena puede parar: el bullying virtual.
El caso de Kimura ha transcendido al mundo del wrestling, pues la sociedad está muy sensibilizada con eso del bullying. La chica publicó un mensaje en redes sociales, poco antes de morir, que no obstante borró, en el que señalaba que era débil, y que deseaba ser querida, y que por eso, le afectaban mucho las cosas feas que le decían. Sin duda, era un mensaje de despedida, así que sus amigas y compañeras llamaron a la policía, para prevenir que atentara contra su propia vida, pero cuando las autoridades llegaron a su casa, era tarde.
Los humanos son realmente idiotas. Incluso con el mundo contra la pared, amenazado por un virus asesino, sacan tiempo para meterse en Internet, e insultar y herir a la gente. Si estos ataques tuvieran un motivo político, si tuvieran una naturaleza relacionada con algo importante, con una injusticia, serían incluso entendibles, pero es que estas ratas frikis y cobardes, se dedican a expresar un nivel de odio inmenso, por cosas absurdas. Por cosas relacionadas con el entretenimiento, con los videojuegos, con el cine de fantasía o con el wrestling. Con cosas tontas que están hechas para que la gente disfrute, sea feliz, y deje de pensar, un rato, en los problemas reales. Y sin embargo, el resultado es este: un montón de desechos humanos insultando a la gente hasta provocar su muerte, por tonterías.
El bully clásico, al menos, tenía el valor de hacer las cosas cara a cara. Hoy en día, los abusones son ratas cobardes que jamás se han enfrentado a nada, que no han luchado por nada en la vida, que viven en una burbuja ridícula que sobredimensiona la información que para cualquiera sería irrelevante, y que se esconden detrás de una pantalla. Lo más bajo a lo que puede llegar un hombre.
Y están por todas partes. Es imposible ver un vídeo de Youtube, sin observar en los comentarios, o en el chat, gente que realmente está muy mal de la cabeza. Cuando uno lee lo que dicen, sabe que no hay nadie al volante, que esa persona no rige, no ha sido educada en un conjunto de valores propios del siglo XXI. Para mí, es obvio que lo que dicen no tiene el más mínimo valor, pero para mucha gente que se convierte en el objetivo de ese tipo de ataques a diario, pueden realmente afectar.
Porque hay gente fuerte, y gente que no lo es tanto. Uno no sabe qué puede pasar por la cabeza de una persona, cuánto ha sufrido en la vida, y qué tan alto es su umbral de frustración. Por eso, por lo general, es recomendable tratar a todo el mundo con respeto. Pero la empatía requiere un poco de cerebro, y en Internet hay muy poco.
Kimura era hija de luchadora. De una gran luchadora, Kyoko Kimura. Y suele ocurrir que un hijo de leyenda tiene mil miradas sobre sí, que sufre muchas comparaciones. Eso no es bueno para la autoestima.
Hana era muy joven. Aún se estaba buscando a sí misma. Estaba cambiando mucho su estilo, probando colores de pelo, y viajando a México y a Estados Unidos para mejorar como luchadora. Pero sus luchas estaban recibiendo críticas, como si fuera un goleador que no consigue meter un gol. A pesar de su crisis de confianza, creo era una buena luchadora. Vamos a ver un par de luchas suyas, como homenaje a una carrera ridículamente corta. 22 añitos.
Hana era una chica muy guapa, y llevó a cabo un personaje cómico durante un tiempo. Quizás esos son dos elementos que la alejan el gusto del fan más anticuado. La chica formó parte del stable Oedo Tai, grupo creado originalmente por su madre, Kyoko, con el nombre de Kimura Monster-gun. Junto a sus compañeras en este grupo, Hana realizaba sus shows, y sus bailes, a mi entender, siempre muy entretenidos.
En torneo 5Star Grand Prix de 2017, con 20 años, se enfrentó a su compañera de Oedo Tai, Kagetsu, siendo la clara favorita. Vamos a ver este match, como parte de un pequeño especial que vamos a hacer en honor a la chavala.
La idea es que Kagetsu va a perder en 10 segundos. Se tumba en el suelo nada más empezar, pero evita la cuenta de tres. Como comentará al final de la lucha, Hana sólo tiene 20 años, es una niña, y no puede pensar que todo va a ser tan fácil en la vida.
Y la lucha pasa de cero a cien en un momento. Lo que parecía una lucha entre amigas, se convierte en una brawl violenta, con el uso de sillas y del poste. Hana incluso escupe en la cara al referee.
La lucha es bastante buena, sin ser especialmente original en el formato que, finalmente, presenta, que es una guerra de big moves. Hana patea mucho la cara de Kagetsu, y esta va sepultando toda la ambición de la juventud, con un montón de Drivers. Sorprendentemente, Kagetsu se lleva la victoria, al aplicar un 250 Splash, que remata una secuencia interminable de Death Valley Drivers.
Buena lucha. Veremos más.
Puntuación: ***1/2