El actor y strong-man Nathan Jones, estuvo tonteando un
tiempo con esto del wrestling, llegando a ser fichado por WWE, empresa que
tenía pensado convertirlo en una gran estrella. Y la labor de llevarlo hasta
esa posición recayó, para variar, en un especialista en convertir a la gente en
estrellas, The undertaker.
A principios de 2003, el Enterrador estaba enfeudado con uno
de sus rivales históricos, el Big Show (que es rival histórico de mucha gente,
porque lleva mucho tiempo en esto), y se metió por ahí también A-Train (Giant
Bernard – Tensai), o sea, dos malas bestias. Por suerte, Undertaker recibió la
ayuda de Nathan Jones, y se suponía que ambos lucharían en pareja frente a los
dos monstruos en Wrestlemania.
Sin embargo, por el motivo que sea Undertaker acaba luchando
en desventaja contra ellos, encontrándose frente a un grave peligro para su
racha imbatida. Y realmente, para ser un combate en desventaja, el match no es
malo, Undertaker se enfrenta contra sus dos oponentes uno a uno, mostrando un
gran espíritu de guerrero y logrando, siempre, poquito a poco, llegar a tener
ventaja en el enfrentamiento. Por desgracia para él, siempre que se pone por
delante, llega su otro contrincante y lo echa para atrás. Bien usada aquí la
estipulación de hándicap-match.
Pero el combate dura poquito y, finalmente, llega Nathan
Jones a ayudar al enterrador, destruyendo la ventaja de los gorditos. El
Deadman acaba el match con un Tombstone que le da la victoria. Hubiera sido
complicado aplicar el Last Ride a un bicho como A-Train. Lástima que la racha del Undertaker haya sido usada en esta ocasión para poner over a un luchador que no duraría en la empresa.
Puntuación: **1/2
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