Voy a seguir comentando algunas luchas del PWG BOLA 16, tal y como prometí en su día. El Wrestling Observer Newsletter ha criticado la serie de shows de una forma muy positiva, llegando a dar 5 estrellas a uno de los combates que ocurrieron en la noche 2. No es una lucha del torneo, sino un six man tag team match, en el que participan 6 de los luchadores más importantes del panorama internacional: Ricochet, Will Ospreay y Matt Sydal se enfrentan a Adam Cole y The Young Bucks, del Bullet Club.
Aunque sé que son 6 grandes luchadores, y que pueden estar involucrados, individualmente, en grandísimos encuentros, cuando pensaba, antes de ver esta lucha, en la conjunción de los seis, sabía muy bien que aquí solo iba a ver saltos y superkicks. Al verla, he confirmado esa sospecha, y me parece increíble que a esto se le den 5 estrellas.
Por un lado, tenemos a los buenos, dando muchos salto, y haciendo poses para recibir ovaciones, como si fueran los Power Rangers. Por otro, los malos, que se supone que lo son, pero hacen sus gestos de Bullet club, muy graciosos, muy chistosos, levantando muy buenas reacciones del público. ¿No se supone que son heels? Sí, pero no tienen el más mínimo interés en hacerse odiar.
Así, a la gente no le importa en lo absoluto quien gana o quien pierde, solo se divierte viendo muchos saltos, y algún que otro golpe realmente bueno. Los Young Bucks aplican ese Tombstone en el que uno, saltando, ayuda al otro, pero esa ayuda no sirve para nada. Aún así, al público le encanta. Y le gusta mucho más cuando son los buenos los que lo hacen, pero el que impulsa en el aire es Sydal, que lo hace con un shooting Star Press, que es muy chulo, pero no vale absolutamente para nada. Terminan con un triple Shooting Star Press.
Una lucha muy entretenida, con mucho salto y el público pasándolo pipa, pero sin ninguna historia, sin nada que destacar que tenga el más mínimo significado. En esto se está convirtiendo el wrestling, en darle a la gente lo que quiere, que es lo peor que se puede hacer en cualquier arte o disciplina: eliminar el papel del artista para crear un producto complaciente, que no suponga ningún reto para el espectador.
Puntuación: **3/4