¡¡Alerta, vieja escuela!! Y es que, me consta que buena parte de los aficionados al wrestling no va a entender este tipo de combates, o se va a aburrir mucho. No les culpo, es necesario tener muchas ganas de aprender sobre este deporte para verle la gracia a batallas como esta.
Veamos, estamos en Memphis, Tennese. Jerry Lawler es Dios. De hecho, el programa que retransmite el combate se llama "El Show de Jerry Lawler", así que imaginaos lo que le quiere la gente. Enfrente tiene a Randy Savage, un maestro de hacer el mal. La historia que cuentan es cojonuda.
Porque la forma de luchar del Rey es muy simple: pega puñetazos. Sí, es casi un boxeador. Pero la lucha libre no consiste en pegar saltos, sino en contar una historia sobre el ring, una historia que provoque la reacción del público. Y este está enloquecido con el combate.
Randy le tiene mucho miedo a Jerry, y está un tiempo sin atreverse a entrar en el ring. Es parte de la historia, pero se hace un poco aburrida. Savage acaba entrando al ring y se lleva una golpiza, hasta que Lawler comete un error y el macho man toma ventaja.
Esto es combate de boxeo, y savage le destroza el ojo a Jerry a base de puñetazos. El arbitro para el combate y le proclama campeón. Pero Jerry exige que se retome el combate, haciéndose responsable del peligro que corre su ojo. La gente se vuelve loca. Jerry vuelve a la lucha y tumba a Randy Savage, rematándole con un piledriver.
La historia es muy buena, aunque el combate se hace aburrido en ocasiones visto 27 años después.
Puntuación: ***3/4