Hay que hablar, un minuto, sobre el interesante producto que es la WWE Network. Es muy fácil, y recurrente, insultar a la empresa de Vince McMahon, porque nuestro bagaje cultural judeo-cristinao nos lleva a odiar a los poderosos, y ponernos de parte de los débiles. Pero esto es entretenimiento, hay que ser consecuente, y si WWE hace algo bien, hay que decirlo.
Porque por 10 míseros dólares, ese canal te permite ver un PPV mensual, disfrutar de la inmensa videoteca de WWE, además de mucho material de otras empresas; ver los programas semanales de NXT, y los Takeover; ver a los luchadores que no tienen hueco en TV, en SuperStars y Main Event; ver entrevistas, programas de humor, documentales, series animadas, house shows eventuales; o producciones interesantes, como esto que se han inventado ahora, el WWE Cruiserweight Classic.
Desde que nació la idea de crear la WWE Network, cuando todavía se pensaba que sería un canal de TV, ya había rumores sobre un programa sobre pesos crucero. Es obvio que siempre había existido esa ilusión en la empresa, y también cierta sensación de verguenza por no haber podido nunca acercarse a lo que el título crucero había sudo en WCW. Así, ahora que ha empezado a emitirse el programa y recuerda, en cierto sentido a eso, WWE ha decidido crear una división cruiserweight para Raw.
Porque Raw dura 3 horas, y posiblemente le vendría bien, un ratito, en esas tres horas, tener un efecto similar al que provocaban los luchadores mexicanos, cuando aparecían en Nitro y tenían una lucha en equipos con muchos vuelos, y luego teníamos a Eddie Guerrero, Dean Malenko, Rey Mysterio o Chris Jericho, luchando por el título en combates de mayor embergadura. Quizás, eso, le venga bien a Raw, con sus 3 horas no lo suficientemente bien jerarquizadas.
El WWE Cruiserweight Classic es un torneo bastante especial, en el que WWE se olvida de todo lo que la caracteriza. Se presenta como una competición puramente deportiva, sin storylines, se presentan los pesos de los luchadores, y su país de origen, se dan la mano antes de empezar, y los comentaristas, Daniel Bryan y Mauro Ranallo, saben un montón sobre ellos, sobre sus carreras, las cuales, mencionan sin vergúenza, y sobre sus movimientos. Y es que, ahora que la Network es internacional, por un lado es interesante tener a luchadores de lugares muy dispares en el globo; y por otro, también es una buena estrategia presentar un torneo de clase deportiva, con un wrestling más puro, que quizás guste más a mercados muy distintos al americano, como el inglés o el japonés.
La participación, asimismo, es brillante, por un lado, por la calidad de algunos de los luchadores, pero sobre todo, porque el trabajo de investigación a la hora de buscar gente muy desconocida, de lugares muy raros. Veo a los amigos chilenos, por ejemplo, muy contentos de tener a XL ahí, un tipo muy conocido para aquellos que acuden a las funciones de las empresas chilenas, pero al que no conocerá nadie que no sea de ese país.
Tenemos a kota Ibushi (DDT, NJPW), Máscara Dorada (CMLL, NJPW), Cedric Alexander (ROH), Tajiri (WWE, ECW, NJPW...), Akira Tozawa (Dragon Gate), Johnny Gargano (NXT, EVOLVE), Zack Sabre Jr (NOAH, RPW, PWG), Brian Kendrick (WWE, TNA, ROH...), Drew Gulak (EVOLVE)... muchos luchadores muy conocidos, y otros tantos absolutamente desconocidos.
En la primera ronda de la competición, seguramente no veremos ninguna GRAN lucha. No suele pasar en ningún torneo a estas altura, básicamente, porque hay que jerarquizar. Si todas las luchas tienen la misma epicidad, si todos los rivales tienen el mismo nivel y las victorias se dan in-extremis en todos los casos, nada tiene sentido, nada significa nada.
En las primeras luchas, tenemos a dos luchadores que empiezan a presentar de lo que son capaces, pero hay uno que se lleva la victoria sin sufrir más de la cuenta. Así ocurre en la primera aparición de Kota Ibushi, un luchador que llega aquí ya con un background enorme, que le coloca como el gran favorito. Se enfrenta al milésimo miembro de la familia de los samoanos, uno llamado Sean Maluta.
Una lucha muy entretenida, que empieza con unos primeros minutos para Maluta, que demuestra de lo que es capaz, con un codebreaker desde el esquinero, y un vuelo un poco raro, pero que duele igual. Después, Ibushi pone en práctica sus capacidades karatecas, a base de patadas, y un par de vuelos buenos, para tener, ahora, la ventaja. Finalmente, tienen un interesante duelo de patadas en la cara, del que sale ganador el japonés, finalizando con un potente Last Ride Powerbomb.
La lucha cumple bien su función, Maluta queda bien, pero Ibushi mucho mejor.
Puntuación: ***