Como nos recordó recientemente nuestro amigo Andrés Góngora, hace poco, se cumplieron 20 años desde la desaparición de WCW. El 26 de marzo de 2001, tuvo lugar el último programa de Monday Night Nitro en la cadena TNT, ya con Vince McMahon como dueño, presente en la función. Vamos a recordar esa noche.
En el especial sobre la NWO que estamos llevando a cabo en honor a la inducción del grupo al Hall of Fame de WWE, ya hablamos de las Monday Night Wars, y de la manera en la que WCW puso contra las cuerdas a WWF, gracias al trabajo realizado por Hulk Hogan y compañía. Pero la mala gestión de Eric Bischoff y la incapacidad de la empresa para estar a la altura creativa de Vince McMahon, llevó a que su audiencia, como vimos entonces, cayera en picado, de tal manera que los ingresos se hicieron incompatibles con la enormidad que se estaba pagando a una plantilla de más de 100 luchadores, muchos de los cuales, se habían firmado a golpe de talón, robandoselos a la competencia. Entonces, la empresa de lucha, que había sido comprada por Turner a Jim Crockett muchos años antes, se puso a la venta.
Ted Turner tenía mucha fe en el wrestling, pero su pequeño imperio había sido comprado por Warner en el 96, mas él seguía siendo el máximo accionista, motivo por el cuál, podía mantener a WCW en funcionamiento aún en el año 2000, cuando las pérdidas de la empresa se dispararon, y a pesar de que había una enorme oferta por ella de unos 500 millones. Pero, en 2001, AOL se fusionó con Warner, acabando con esa mayoría, y en ese momento, WCW perdió la protección de Turner.
Aún a finales del año 2000, Bischoff encontró accionistas para comprar WCW por 70 kilos. La cosa pintaba bien, pero, cuando sus programas fueron cancelados, estos accionistas se echaron atrás. Sin televisión, la empresa no valía nada. Finalmente, Vince se la quedó por 3 ridículos millones de euros, gracias a los cuales, se aseguró la videoteca de WCW, que está aprovechando muy bien gracias a WWE Network, y los contratos de los luchadores. Se dice también que Vince ofreció a TNT la continuación del programa Nitro, recolocado en otra posición de la parrilla, y bajo su producción, pero esto no fue aceptado. Así pues, WCW se acabó tras el programa del 26 de marzo de 2001.
Ya sabemos, posteriormente, lo que hizo WWE con los luchadores y los títulos de WCW. Creó una storyline de invasión, que podría haber sido muy interesante si se hubiera hecho bien: habría sido maravilloso poder ver una guerra en la que gente como Sting, Flair, Hogan, Goldberg, Nash y Hall se enfrentaran a gente como The Rock, Austin, Taker, Angle, Jericho y Kane, pero la cosa no fue así. En la storyline de la invasión, participaron luchadores de WCW que no se correspondían con los verdaderos protagonistas de la década de los 90, siendo Booker T su principal exponente, y existiendo la necesidad de recibir refuerzos de la otra empresa que Vince compró en esa época: ECW, con RVD a la cabeza. Al final, la historia de la Invasión se convirtió en uno de tantos storylines de WWE en los que la familia McMahon y los luchadores de siempre, eran los protagonistas. No estaba mal, pero no tenía nada de especial. Durante los años siguientes, luchadores como Hogan, Flair y Goldberg, o incluso Sting 13 años después, acabaron trabajando para WWE; hubiera sido genial que se hubieran puesto de acuerdo para ir a la guerra de verdad.
Ese último show de Nitro en TNT, como decíamos, es un programa protagonizado por Vince McMahon y su compra de la empresa, y conecta directamente con un programa de RAW en el que aparece Shane McMahon para robarle la propiedad de WCW y declararle la guerra. Unos días después, tendría lugar WrestleMania 17, un show realmente brillante con todas las grandes estrellas de WWF involucradas, mientras que WCW, y muchos de los luchadores que no harían el trasvase entre promotoras, se despedían con un Night of Champions en el que Booker T se convirtió en campeón de WCW, y en el que un Rey Mysterio que aparecía sin máscara por última vez en televisión, se convertía en Cruiserweight Tag Team Champion junto a Billy Kidman. En el main event de esa noche, la WCW ya bajo el control de Vince, ofrecía una lucha entre Sting y Ric Flair, rememorando algunos de los grandes clásicos de la historia de la compañía. No podía haber un final mejor.
Hay que decir que Vince, en RAW, estaba haciendo una encuesta entre los fans presentes sobre qué estrellas de la competencia querían ver en WWF, siendo, obviamente, Goldberg el más querido, tan sólo para asegurar después que todo WCW sería enterrada. Sting seguramente se sentiría muy ofendido por esa afirmación y seguro que fue vital para su decisión de no ir a WWF. Así pues, The Icon continuaría su carrera luchando en otros proyectos que heredaron buena parte del trabajo hecho en WCW, como la WWA y la TNA.
Su última lucha en WCW es un combate de despedida. Ante un buen número de espectadores, se enfrenta a aquel que lo llevó a la cima, Ric Flair, convertido ya en leyenda. Esa lucha dura 7 minutos y no es un gran clásico por su nivel puramente luchístico, y sin embargo, es muy querida, por lo que significa. Flair es Flair: se las sabe todas, y utiliza su infinita experiencia para intentar ganar, mientras que Sting es Sting: es más fuerte y más enérgico. Ambos utilizan sus movimientos y gestos clásicos, que la gente recibe con cariño, aún ilusionada de seguir viéndolos, eso sí, de alguna manera.
A pesar de la diferencia de fuerza, la experiencia de Flair le permite disputar el match de manera creíble. Consigue aplicar la Figura 4 y poner a Sting contra las cuerdas. Después de mucho sufrimiento, este se rehace, y consigue darle la vuelta. Flair rompe el candado al instante, porque tiene experiencia de sobra como para saber que su técnica puede costarle cara. Finalmente, sucumbe ante el Scorpio Deathlock, soportando mucho menos dolor que el héroe, pues precisamente en eso consiste la diferencia entre héroes y villanos.
La lucha está bien construida, pero, como digo, es una lucha de exhibición, de despedida, sin demasiadas posibilidades para ir a más.
Puntuación: ***
Gracias por seguir la recomendación, como decias una lucha asi no puede faltar, no por su gran despliegue tecnico, si no por el significado historico que tiene, mas decir que Flair venia de estar recien operado (es el motivo de que sea la unica lucha que tenido con camiseta) y aun asi lo hace realmente bien, el hombre siendo el hombre.
ResponderEliminarUn saludo
Sí, había vuelto al ring ese mes de marzo, tras casi un año fuera, desde esa rivalidad que había tenido con su hijo (involucrando también al pequeño reid, ya fallecido).
EliminarYa superaba los 50, y siempre se hablaba de retiros y semiretiros, peo acabó luchando a tiempo completo en WWE. Si por Flair fuera, no se hubiera retirado nunca, y de hecho, si no hubiera tenido esos problemas de salud tan graves, lo más probable sería que se hubiera subido a un ring de AEW. Es de esos que no se pueden retirar nunca.