Vamos a acabar, de una vez, con Takeover Brooklyn. Ya comentamos el mediocre combate entre Kevin Owens y Cesaro en SummerSlam, pero ya la noche antes, el primero había tenido que pelear en una lucha de escaleras, así que es normal que no llegara en condiciones de hacer gran cosa.
Owens había tenido un gran reinado como campeón, destrozando rivales, lesionándolos incluso. La dominación de NXT era absoluta. Llegó Samoa Joe, y pereció que iba a entrar en rivalidad con Kevin, lo que sonaba extremadamente interesante. Pero Kevin, subió al roster principal de pronto, y todo se olvidó. Más aún, se olvidó cuando WWE decidió poner a Finn Balor a luchar por el título de NXT en Tokyo. Era el momento perfecto para vender la empresa a los Japos, y lo consiguieron, con una gran victoria de Devitt ante el público fiel que le ha visto luchar durante muchos años en NJPW:
Owens, que ya ha olvidado sus tiempos de invicto, llega a Brooklyn con la idea de recuperar su título. La lucha es una Ladder Match, una ocasión perfecta para que estos dos luchadores den un espectáculo un poco distinto a sus enfrentamientos anteriores.
Esta lucha es distinta, pero yo diría que es la peor (siendo buena, ojo). Kevin Owens hace un gran trabajo como rudo, con sus gestos y gritos, pone al público en su sitio. Balor hace una entrada genial, animalesca, da miedo, pero Kevin le mira con asco, con desdén.
Los dos luchadores se odian mucho, y comienzan con una brawl entretenida. No tiene nada de ladder, pero como brawl está bien.
A mitad de la contienda, se van para el ring, y comienzan a usar las escaleras, dandose golpes de todo tipo. Ambos se enganchan arriba, va a por la correra, y Finn lanza a Owens contra una escalera que están en el ring, pegándose este un golpe tremendo. Gana Prince Devitt, como era previsible (en NxT, nadie nunca recupera su título, se hace previsible).
Puntuación: ***1/2
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