Fastlane era la última parada antes de WrestleMania. Hasta hace unos años, el último PPV antes del magno evento tenía lugar casi 2 meses antes de este, pero ahora solo disponemos de 3 semanas antes de que llegue. Así, hay rivalidades que ni siquiera han comenzado a escribirse.
Y, las que están en marcha, no me interesan lo más mínimo. En diciembre, estaba muy ilusionado por ver un Undertaker vs John Cena, pero a día de hoy, es casi seguro que esa lucha será sustituida por dos con muy mala pinta: Taker vs Reigns y Miz/Marise vs Cena/Bella.
Fastlane ha sido uno de los peores PPVs que recuerdo. Por suerte, Neville está resucitando un poco la división crucero. Ahora sí tenemos luchas de verdadera calidad en esa división. Pero el resto de los combates del PPV no han valido nada. Encima, Strowman ha perdido su racha imbatida en un combate malo e irrelevante para la historia frente a Roman Reigns. Debe ser el paso previo a vencer a Undertaker en WrestleMania.
Y, como era de esperar, Bill Goldberg llegará como campeón a su lucha frente a Brock Lesnar. Pero lo va a hacer sin luchar un solo combate. En Fastlane, derrotó a Kevin Owens, en un nuevo squash de Spear + Jackhammer. Es obvio que Goldberg no está en condiciones de luchar en combates reales, y no tengo ni idea de qué va a hacer WWE para su lucha con Lesnar en WM.
Antes de la lucha, comienzan los mind games de Owens. Este no entra al ring ni por narices, se sale una y otra vez, incitando al público, con el fin de poner nervioso a Goldberg. Después de un buen rato, decide luchar, pero suena la música de Chris Jericho, que aparece en la rampa. Justo en el mismo segundo en el que Owens mira, se lleva un Spear y el correspondiente Jackhammer. Final.
La lucha no es nada, y aunque es lógico con la historia de Goldberg en su regreso, es una pena para los méritos de los luchadores en activo. WrestleMania es así, mucha estrella, y poca lucha. Al menos el año pasado fue así, y este lleva el mismo camino.
Puntuación: -