Vamos un día más con el deporte de los septuagenarios. Últimamente hemos comentado luchas de Canek, Rayo de Jalisco y Vince McMahon, y hoy toca hacer lo propio con el último match de Ric Flair. Esto no es nostalgia; es arqueología.
El caso es que, tras once años alejado de los cuadriláteros, el legendario Ric Flair, uno de los luchadores más destacables de toda la historia del wrestling, volvió a subirse a un ring. Lo hizo en un evento llamado Ric Flair's Last Match, promovido, en teoría, por Jim Crockett Promotions, la promotora que lideró la NWA en la última parte de la era de los territorios y cuyo producto fue vendido a Ted Turner Enterprise, para acabar después en manos de Vince McMahon. Hay muchas cosas que comentar al respecto.
El logotipo de JCP no se había utilizado desde 1988. Fue una empresa dirigida, primero, por Jim Crockett, y después, por su hijo, Jim Crockett Jr, que la llevó a lo más alto. En ese sentido, los Crockett, como los McMahon o los Jarrett, conforman una dinastía con varias generaciones de promotores. JC Jr, falleció el año pasado, así que quizás debería escribir algo en su honor, ahora que voy a hacer lo mismo con Vince McMahon. A ver qué sale.
Este evento tiene lugar bajo el sello de Starrcast, una convención de lucha libre que se ha celebrado cinco veces desde 2018, desarrollada por Conrad Thompson, y que en 2019 se alió con la incipiente AEW para el show Double or Nothing de ese año. Los últimos días de julio de 2022, tras un parón de tres años, volvió, cerrando su fin de semana de fiesta luchística un este show que incluye varias peleas de nivel, con talento de Impact wrestling, y el main event, en el que tuvo lugar el enésimo retiro de Ric Flair. Thompson llevó a cabo ese evento con la colaboración de David Crockett, hijo de Jim Crockett y hermano de Jim Crockett Jr. Conrad entabló amistad con David gracias a su podcast, y juntos acordaron traer a Flair de vuelta, mas no tenían una promotora de lucha como tal. Por tanto, consultaron con sus abogados la posibilidad de hacerse con la propiedad de las marcas de JCP, y parece ser que no resultó muy complicado (no sé si estos pertenecían a WWE y esta empresa dejó de renovarlos, o bien si no entraron en el trato original con Turner). Thompson, eso sí, aseguró que, una vez terminado el evento, regalaría el 50% de los derechos de la marca a David Crockett, pues, en su opinión, es algo que debe pertenecer a su familia.
En lo relativo a Flair, todos lo vimos retirarse en 2008, tras una gran lucha en WrestleMania 24 ante Shawn Michaels. Pero ese no fue su primer retiro. De hecho, había perdido un Steel Cage Retirement Match frente a Hulk Hogan ya en Halloween Havoc 1994. Mucha gente ha intentado alejarlo de los cuadriláteros desde entonces, empezando por Bischoff, con el que no tenía muy buena relación, pero él, una y otra vez, vuelve, porque no puede imaginar la vida sin lucha. Por eso ha regresado para luchar en una sexta década, tras cumplir 50 años como luchador. Dice que esta sí es su última lucha... veremos.
En 2007 comenzó una storyline en WWE, según la cuál, si perdía una lucha, debía retirarse. Él mismo, en una promo que tuvo lugar en RAW, declaró que jamás se retiraría, y quedó muy bien, porque, si bien era una storyline, se correspondía con la realidad de las cosas: Vince McMahon quería obligarle a retirarse, y el no deseaba hacerlo. Nunca ha querido. Por eso, poco después de abandonar WWE, tras no poder participar sobre el ring en la lucha que enfrentó a Jericho con otras leyendas de WWE en WrestleMania 25, volvió a pelear, primero en los shows de Hulkamanía Tour, y después en TNA.Trabajó para esa empresa hasta el año 2012, siendo su match frente a Sting, una vez más, en septiembre de 2011, su último combate hasta ahora. A finales de 2012, tras el infarto que sufrió Jerry Lawler en WWE, declaró que nunca volvería a luchar.
Flair firmó un contrato de leyenda con WWE para hacer algunas apariciones. Se convirtió en el mánager de su hija, Charlotte, la gran estrella de división femenina de la empresa, y fue traicionado por ella. Asimismo participó en la rivalidad final entre Batista y Triple H, que dio lugar al retiro del primero (aunque también, la suya, fue la última lucha en la carrera de Triple H). Para entonces, aunque resultaba obvio que Flair, por sus declaraciones, volvía a tener la intención de luchar una vez más, y miraba con ojos golosos la creación de AEW, había sufrido problemas de salud muy graves que casi acabaron con su vida. De hecho, el segmento en el que Batista le atacaba en aquella rivalidad dejaba claro que los movimientos que podía hacer estaban muy acotados. Yo no podía imaginar por entonces que este loco se empeñaría en volver a subirse a un ring, pero lo ha hecho.
Hace unos meses, lo vimos empezar a entrenarse para hacerlo. Parecía una locura; es muy viejo, aunque no está muy mal físicamente. En fin, lo vimos luchar durante cuarenta años; cuando nacimos ya estaba ahí, así que le hemos visto envejecer en directo arriba del ring. Ya sabíamos que era el luchador viejo de la profesión. Su aspecto al subirse al cuadrilátero no provoca ahora tanto impacto, porque estamos acostumbrados (al menos los veteranos como yo). Pero, conociendo sus problemas de salud, y lo cerca que ha estado de morir, temíamos que acabara como Mickey Rourke en The Wrestler.
De hecho, hay gente que ha intentado evitar que luche. Se ha avisado incluso a las autoridades para que lo prohíban. Porque hay gente adicta a la política; adicta a decirle a los demás cómo deben ser, qué pueden hacer y qué no. La mayoría de la gente, de hecho, piensa que es legítimo dirigir la vida de las personas por su bien, sin pararse a pensar quién puede realmente decidir y en base a qué, qué es el bien y qué es el mal. Ric Flair podría haber muerto en el ring, pero al fin y al cabo, hubiera muerto siendo lo que es, y haciendo lo que siempre ha querido hacer. No se sube al ring para morir, se sube al ring para vivir. ¿Qué derecho tienen los paletos moralistas a perseguir las elecciones vitales que sólo afectan a quién las toma?
Ric Flair estaba entrenando con Jay Lethal, su buen amigo. Eso desencadenó la storyline que finalmente subyace tras la lucha. Lethal estaba tan preocupado por que le pasara algo, que le atacó violentamente, con la colaboración de un viejo conocido, Jeff Jarrett. Lo dejó ensangrentado en el suelo, porque "lo quería". Hay amores que matan. Así, estos dos villanos odiosos se convirtieron en los rivales de Ric en el que supuestamente es, ahora sí, su último combate. Su compañero de equipo es Andrade, su yerno, marido de su hija Charlotte. Nunca pensé, cuando veía a La Sombra dar saltos en la Arena México, que acabaría siendo el compañero de Ric Flair en su último combate, pero así ha sido.
Así llega un combate muy entretenido y basado en el storytelling. En las gradas vemos a Foley y Undertaker, así como al padre de Jeff Jarrett, Jerry, que aún se ve muy joven. Jarrett y Lethal hacen de rudos clásicos, llenos de odio y abucheados constantemente, mientras que Ric aparece con su música clásica, el tema Así habló Zaratustra de Strauss que Kubrick hizo famoso en 2001: Odisea en el Espacio. Lleva su bata de siempre, de esos tan caros, y el campeonato de World Heavyweight Champion en la cintura. En fin, la imagen de este cinturón sí que debe pertenecer a WWE, pero no creo que en esa empresa nadie quiera atacar a Ric Flair. La lucha comienza con un Flair que no se esconde, y que intimida a sus rivales.
Ric está viejo y se puede mover lo justo. Pero, como decía, lleva siendo viejo treinta años, y siempre se las ha apañado para ser un underdog creíble. Con un par de chops y un low blow que el referee no ve, levanta al público y se pone por delante en el match. Si eso le funcionó con Vader o con The Great Khali, funciona con cualquiera.
Obviamente, sus rivales son más rápidos y ágiles que él. Jarrett también es veterano, y aún así, hay más de veinte años de diferencia de edad. De todos modos, los villanos venden muy bien los golpes del anciano, para transmitir la imagen de que este combate es posible. Además, son tan cobardes y huyen en tantas ocasiones que esa sensación se transmite incluso cuando no pasa nada. Y cuando sale a luchar Andrade e intercambia movimientos con Lethal, el público se entretiene también a un nivel físico.
Como en toda lucha clásica tag, hay un buen rato de dominio de los heels sobre uno de los faces. Jarrett y Lethal atacan a Andrade, turnándose. Finalmente, Ric entra al ring y pelea contra los dos malos. Brawlean fuera del ring, frente a Undertaker, mientras este, al ver a Ric luchar, piensa que se retiró demasiado pronto. La mujer de Jarrett, Karen, también ataca a Ric, lo que provoca que mujeres de la grada se peleen con ella, posiblemente la esposa del Nature Boy. Este llega a sangrar profusamente, tal y como ha hecho tantas veces en su carrera.
El referee, Chioda, acaba KO. Después de mucha batalla, Ric recibe un puño americano, marca de la casa, y golpea a Jeff con él. Lo coloca en la Figura 4 y otro referee aparece para señalar la victoria. Buen entretenimiento luchístico, de vieja escuela y con mucha intensidad, sin demasiadas carencias de Flair a la vista, pues sabe muy bien luchar sin exponerse. Yo disfruto estas cosas; ya sabe el lector que prefiero a Ric con 70 años que a otros con 30, y no diré nombres.
Es difícil ratear el match. Sólo hay que ir a Cagematch y ver todos los rating en contra, escritos antes de ver el combate por gente que mide todo desde un punto de vista moral, incluido un espectáculo de entretenimiento irrelevante como este. Relájense.
Puntuación: ***1/4
Hay que entender que Ric Flair es un luchador de antaño, ha tenido una vida larga, si, pero si uno ve a muchos con los que lucho y fueron sus amigos, ya están muertos o muy enfermos,
ResponderEliminarson gente que sabía que su vida sería corta y si tenían la oportunidad de morir en el cuadrilátero o todavía trabajando en este negocio, lo harían, como lo han hecho pocos.
Al final puede que sea el final de su carrera, como puede que vuelva subirse, lo importante es que no hay persona que ame más el wrestling como lo hace él, y eso por lo menos para mí es de respetar.
Un saludo.
Sí. Recuerdo en esa WCW dominada por la NWO que los integrantes de ese grupo atacaban a los luchadores de medio perfil, cuando se esforzaban mucho por hacer buenos combates, incluso el Live Shows, mientras que él siempre los animaba porque, detrás de tanta basura, lo único que quedaba era la certeza de haber dado un gran combate al público. Yo no creo que haya muchos casos en los que Ric se ha subido a un ring y la gente haya acabado decepcionada con él. Realmente se alimenta de la energía que transmite la gente. Me extrañaría que él perdiera las ganas de luchar, aunque no es tan fácil que la ocasión vuelva a darse, y estimo que querrá al menos esperar un tiempo para que eso de "su último combate" parezca creíble. A su edad, "un tiempo" puede ser todo el tiempo.
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