Estamos en un momento bastante interesante para ser seguidor del wrestling, puesto que hay material fácilmente accesible en Internet sobre montones de empresas, y estas se benefician del medio para ganar visibilidad. Es tan fácil hacer un streaming en directo, montar iPPVs o publicitar y ganar dinero a través de Youtube, que las oportunidades de negocio son mucho mayores.
Pero WWE está fichando a... todo el mundo. Incluso cuando Internet da oportunidades para cualquiera, los poderosos encuentran la forma de que su dinero suponga una gran ventaja. Tiene una gran Network, para la que está creando contenidos muy interesantes, y pronto, la mayor parte de su negocio estará relacionada con ella. Pero también se está beneficiando de otras formas.
Todas esas otras empresas se han hecho famosas en Internet, y sus luchadores también. Desde que WCW cerró, si un luchador llegaba desde otra empresa a WWE, debía ser presentado desde cero, y se le cambiaba el nombre. Ahora, puede fichar a luchadores independientes que ya son famosos cuando llegan a NXT, al menos para los fans del estadio. Así que está fichando sin parar, y dejando a otras empresas muy mermadas. En ROH se está notando mucho. En Impact Wrestling también, aunque esa empresa ya se dispara sola en el pie. Incluso New Japan lo está notando, aunque tiene la suerte de que en WWE no hay interés en tener muchos japoneses... Hasta que decida hacer una liga en Japón. El perro grande siempre se come al pequeño, incluso en medios supuestamente "democratizadores".
Uno de los últimos fichajes de WWE es Drew McIntyre, luchador escocés que ya estuvo en la empresa bastante tiempo. Fue presentado como "El elegido", por el propio Vince McMahon, que aseguró que llegaría a ser campeón mundial. No fue así. Después de unos primeros meses prometedores, la empresa se olvidó de él, y acabó en el programa WWE SuperStars, en el que, como ha pasado tantas veces, dio sus mejores luchas. En última instancia, se unió al estable humorístico 3MB, junto a Heath Slater y Jinder Mahal. Se mantuvieron unidos un tiempo, y al menos tenían un papel en la empresa, aunque siempre quedaran mal. Algo es algo.
Tanto Mahal como McIntyre fueron despedidos, aunque ya han vuelto los dos a la empresa. Pero Drew, a diferencia de muchos otros despedidos, aprovechó esto al máximo, y se hizo un gran nombre en las indies. Su carrera como Drew Galloway fue buena. Su nivel en el ring mejoró, y también su forma física. Finalmente, tuvo una etapa en Impact Wrestling en la que también tuvo la oportunidad de enfrentarse a la idea de ser un main eventer.
Así, WWE formó a su luchador, dejándolo vivir aventuras. Ahora ha vuelto, para convertirse en campeón de NXT. Eso, si consigue vencer al campeón, Bobby Roode. No es que haya una historia detrás de su combate en Takeover: Brooklyn III. Bobby debía ascender al roster principal, así que había que buscar a alguien que le quitara la correa.
La lucha no me ha interesado mucho. Me ha parecido bastante vacía. No hay un claro dominador, hasta que McIntyre pega un buen slam sobre el borde del ring, pero recibe un DDT en ringside. Bobby aplica buenos candados y ataques a la cabeza de Drew, que vende bastante bien el dolor en el cuello. Este contraataca con fuerza, con un Future-Shock DDT, y un gran Moonsault hacia ringside. Poco a poco, el escocés va ganando ventaja a base de zapatazos. Roode aplica el Glorious-DDT, e intenta hacerlo más veces, algo que le salió bien en anteriores combates. En esta ocasión no es así, McIntyre se revuelve, y asesta un cabezazo, seguido de un segundo Claymore. Roode no se levanta, y tenemos nuevo campeón.
Lucha floja para ser de campeonato.
Puntuación: ***
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