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sábado, 14 de noviembre de 2015

Davey Richards vs Tyler Black, ROH Before Dishonor VIII



El campeón de WWE, Seth Rollins, se ha lesionado de gravedad, y ha tenido que dejar su título vacante. Seguramente, no podremos volver a verlo hasta verano de 2016. Una pena, pero como dicen, una crisis es, en realidad, una oportunidad, y ahora tenemos la posibilidad de ver cosas nuevas en una empresa, WWE, demasiado conservadora, y que ve como pierde audiencia día tras día, sin hacer absolutamente nada para remediarlo.

El WWE World Heavyweight Championship que Seth Rollins ganó en 2015, fue su segundo gran campeonato mundial. El primero es el ROH World Championship, título con el que se hizo en febrero de 2010, y que perdió en septiembre del mismo año. cuando firmó con WWE. De ese reinado, la batalla más famosa es la que mantuvo con Davey Richards en ROH: Death Before Dishonor VIII, lucha que para buena parte de los críticos, fue de lo mejor del año en el planeta luchístico, cercana a las 5 estrellas.

Y tengo que decir que yo también le puse muy buena nota en aquel momento, pero revisándola para escribir este artículo, he cambiado de opinión. He debido hacerme viejo, pero ya no me divierten tanto estas cosas. No voy a ponerle mala nota, pero tampoco la voy a llevar al olimpo de las grandes luchas.

El combate supone más de media hora de golpes sin parar, de pura acción. El problema que tiene es que nada de lo que ocurre significa lo más mínimo. Los dos son grandes atletas, y despliegan un arsenal de movimientos enorme. Uno no puede ni contar el número de golpes que se dan, pero parece que nadie tiene ninguna estrategia, nadie vende ningún ataque, solo se meten palos sin parar.

Al principio sí que hay un poco de llaveo, y también hay alguna parte de intentos de conteos muy interesante. Cuándo la lucha va acercándose a su final, Richards empieza a aplicar buenos ataques contra la pierna de Rollins, con Sharpshooter y Ankle Lock, además de otros castigos en la zona, pero no dan ningún resultado. Finalmente, Black consigue llevarse la contienda y retener el título mundial, al matar a Richards a patadas en la cara, aprovechando un golpe con una silla anterior.

La lucha es buena, mucha acción y movimientos, pero no tiene historia detrás, parece todo aleatorio, así que el esfuerzo físico inhumano que hacen los dos luchadores se desaprovecha.

Puntuacion: ***1/2

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