Especial fallecimiento de Jimmy Rave
Tras terminar el homenaje a Brodie Lee en su aniversario luctuoso, hoy tenemos que comentar otro suceso relativo a la industria del wrestling. Jimmy Rave, luchador independiente, falleció el pasado 12 de diciembre de 2021, 4 días después de haber cumplido 39 años de edad. DEP.
Jimmy Rave es un tipo conocido para los seguidores del wrestling indy americano, uno de aquellos que formaron parte de la era dorada de ROH y TNA durante la primera década de este siglo. Era un hombre pequeño, técnico, buen rudo, que trabajaba bien, pero que carecía del tamaño y de la personalidad suficientes como para convertirse en una estrella. Nunca, de hecho, llegó a ganar un título propio de una empresa relevante, y no pasó demasiado tiempo cerca de los main events, y sin embargo, todo el mundo lo recuerda, porque era un buen worker, y estaba donde hacía falta.
Asimismo, su adicción a las drogas frenó mucho su carrera. Sufrió serias lesiones que le llevaron a consumir painkillers en exceso, y eso tiene consecuencias. Consiguió, no obstante, desintoxicarse, y un trabajo honrado, mas se mantuvo como luchador hasta que llegó la pandemia de COVID-19. Ese año, 2020, sufrió una infección que provocó que le amputaran el brazo y las piernas, lo que resulta dramático para cualquier persona, y mucho más para un deportista. Por si fuera poco, las enormes facturas del hospital llegaban sin cesar, y se veía obligado a pedir ayuda por Internet para hacer frente al pago. No debió darle tiempo a hacerlo, porque, como decimos, hace unas semanas conocimos su muerte. Creo que no ha trascendido la causa subyacente, pero dada su situación, existen muchos candidatos. Lo dejaremos ahí.
Vamos, pues, a revisar un par de combates dentro de sus 20 años de carrera como luchador profesional. Empiezo hoy con un match que ocurrió en un evento de Ring of Honor del 4 de marzo de 2007. Jimmy, entonces, estaba enfrascado en una rivalidad con el inglés Nige McGuinnes; uno de los hombres más importante del momento, mucho más fuerte que él. Se enfrentaron, entonces, en un Fight Without Honor Match, un tipo de lucha violento en el que vale todo, y que chocaba con esa naturaleza primitiva de la empresa, relacionada con el amor por el wrestling clásico y puro, que no tiene nada que ver con su actual producto.
Esta es una lucha que recibió críticas enloquecidamente buenas. A mí me parece de buen nivel, pero no creo que sea para tanto. Es una brawl de hombre grande (relativamente grande), frente a hombre pequeño. El primero lleva una venda en la pierna, lo que permite un desahogo y una debilidad que puede aprovechar el pequeño, mas apenas lo hace un par de veces. Nigel domina la mayor parte del combate, con su fuerza superior; sus codazos, Uppercuts, lazos y golpes de antebrazo.
Se introduce un interesante objeto en la lucha: una de las vallas que normalmente se usan para separar el ring de las gradas, que en este caso, al apoyarla entre el ring y el resto de las gradas, se convierte en un lugar tremendamente doloroso sobre el que lanzar al rival. Es cierto que no es tan rígida como parece; se dobla fácilmente cuando se lanza a rivales sobre ella. Es obvio que no es tan dura como aquellas que ponen las autoridades en la calle delante de unas obras, pero eso no quiere decir que las caídas sobre ella no hagan daño. Ambos luchadores acaban siendo víctimas de esto en varias fases del match.
La diferencia de poder, sin embargo, es demasiado grande. Rave sobrevive a cosas muy locas, incluyendo un Cutter sobre una silla. Sobrevive demasiado, en mi opinión. Incluso tiene la oportunidad de ganar, al aplicar una llave sobre la pierna herida de su oponente. Pero, al final, un nuevo Cutter sobre la citada valla, seguida de un mega Lariato marca de la casa del señor Nigel, acaba con el match.
Creo que este es un muy buen combate, si bien no tanto como se vendió en su momento. De todos modos, las notas son hijas de su tiempo.
Puntuación: ***1/2
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