Vamos a revisar algunas luchas del legendario luchador mexicano Brazo de Oro, fallecido durante el pasado mes de abril de 2017, víctima de un ataque cardíaco. Es miembro de una familia de luchadores inmensa, y su carrera, dentro y fuera del ring, en singles, en parejas o en tercia, es lo sufucientemente grande como para que sea el protagonista del blog durante unos días.
Brazo de Oro comenzó a luchar en el año 79, siendo el hijo mayor de Shadito Cruz. Su padre era luchador, pero de su carrera poco se recuerda. Aunque no era especialmente notable, es muy importante para la historia del wrestling, ya que tuvo un montón de hijos, a los que entrenó para ser grandes luchadores. Y ellos sí que consiguieron un mayor renombre.
Después de no conseguir demasiado renombre, Shadito probó varios personajes, incluido uno llamado "El hombre del Brazo de Oro", nombre "inspirado" en una película de Frank Sinatra. Cuando su hijo Jesús Alvarado Nieves comenzó a luchar, le regaló ese personaje, que después sería recortado, simplemente, a "Brazo de Oro".
Jesús y sus hermanos tuvieron una infancia muy marcada por la lucha, y crecieron en las arenas, así que no tardaron mucho en empezar a luchar. Lo hicieron siendo adolescentes, y pronto, empezaron a hacer equipo.
Los dos hermanos que le seguían en edad adoptaron los nombres "Brazo de Plata", y "El Brazo". Todos iban enmascarados, y se convirtieron en una tercia legendaria. Los siguientes hermanos utilizarían los nombres "Brazo de Platino", "Brazo Cibernético" y "Super Brazo". Es interesante como hemos pasado del nombre de una película de Sinatra, a una casta de luchadores en la que la palabra "Brazo" es la marca de la casa.
Brazo de Oro, Brazo de Plata y El Brazo formaron una gran tercia que tuvo grandes rivalidades, siendo aquella en la que se enfrascaron con otra gran familia, Los Villanos, la más recordada. En el año 88, perdieron las máscaras ante estos, en una lucha que siempre será recordada.
Perder la máscara puede ser un signo de decadencia en una carrera, pero en el caso de Los Brazos, no fue así. Eran grandes rudos, con mucho carisma, y sin la máscara, pudieron ejercerlo mejor. Incluso después, cuando se pasaron al humor, al menos en el caso de Brazo de Plata, esto ayudó mucho.
Durante los años 80, Brazo de oro y Brazo de Plata hicieron tercia en varias ocasiones con la gran estrella de este deporte, El Hijo del Santo. Eran buenos chicos, pero pronto se convirtieron en rudos, y cerraron su tercia con su hermano pequeño, El Brazo. Después de perder las máscaras, la furia del grupo creció, y El Hijo del Santo se convirtió en uno de sus objetivos. Nació, en el año 90, una potente rivalidad entre Brazo de Oro y el heredero de la incógnita más importante que existe.
Brazo de Oro intentaba humillar a un Hijo del Santo que aún tenía el objetivo de probar que podía estar a la altura de su fallecido padre. Ante el público del Toreo de 4 Caminos, Alvarado retó al Santo a una lucha de apuestas, y este aceptó.
Y, en el mismo escenario, los luchadores protagonizaron un gran enfrentamiento. La furia y el ánimo de humillación de Brazo de Oro son inmensos, pero el Hijo del Santo no va a dejar caer su máscara tan fácilmente. Este, para entonces, ya había estado en decenas de luchas de apuestas, puesto que era portador del trofeo más importante que existe.
Hace poco, cuando comenté la reciente lucha entre Blue Panther y Sam Adonis, hablé de la incapacidad en México para bookear grandes luchas. Pero esto no siempre es así, hay montones de luchas de apuestas en las que la psicología es infernal. Quizás, en el Consejo Mundial de Lucha Libre, en los últimos años, no se haya sabido recrear esto muy bien, por la falta de trabajo en las rivalidades, pero hay otros feudos en los que uno puede sentir que la máscara, o la cabellera, que un luchador pone en juego, vale oro. Eso es lo que pasa, por ejemplo, en este combate del 91 entre Hijo del Santo y el mayor de Los Brazos.
La primera caída de esta lucha es un palizón del Brazo de Oro sobre el Santo. Este intenta llevarla a ras de lona, pero el Brazo no tiene el más mínimo interés de llevar la lucha por ahí. Comienza a golpear con brutalidad, con golpes muy fuertes, y ahogamientos con las cuerdas. Intenta golpear al Santo contra los postes, pero este se resiste.
Hay momentos en los que los golpes son tan realistas, que uno puede observar el enfado del Santo, que se tira contra su rival para pegarle de la misma manera. Hijo del Santo recibe una Power Bomb, y pierde la primera caída.
En la segunda, la paliza continúa. Brazo utiliza las vallas metálicas para atacar a su rival, y Santo comienza a sangrar. Lleva la máscara puesta, y a diferencia de otras, esta nunca se rompe. Pero es de color claro, y la sangre se deja ver a través de ella. El enmascarado está en malas condiciones, y sigue recibiendo ataques en la cabeza, incluyendo mordidas. La máscara del Santo se torna en color rojo.
Gracias al ánimo del público, Santo reacciona, con patadas voladoras y topes suicidas. Consigue golpear a Brazo con el poste, y este, también, sangra sin parar. Con la mítica llave de su padre, La de a Caballo, Hijo del Santo hace rendir al rudo.
Nos vamos a la tercera caída. Santo golpea con golpes y patadas tan realistas, que parecen propios de una lucha japonesa. Sangrando, los protagonistas siguen pegándose, pero el ritmo va bajando. Están perdiendo mucha sangre, y empiezan a marearse. Intentan lograr llevarse la cuenta de mil maneras, exhaustos, casi se arrastran para seguir peleando. Brazo de Oro consigue aguantar la llave maestra de su rival.
Con los luchadores, sin fuerzas, intentando ya casi cualquier cosa, Santo consigue embolsar al Brazo, y la cuenta llega a tres. Brazo de Oro protesta, porque estima que el conteo ha sido demasiado rápido, pero el resultado está cerrado: Brazo de Oro pierde su cabellera.
Me ha gustado mucho esta lucha, es casi perfecta en buena parte de sus minutos. Mucho odio, violencia, miedo por perder, y cansancio.
Puntuación: ****1/2
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