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domingo, 11 de agosto de 2013

Kenta Kobashi vs Stan Hansen, AJPW 29/07/1993


El gran Kenta Kobashi, quizás el mejor luchador de la historia, se retiró a mediados de 2013, destrozado ya por las lesiones y las enfermedades. Al menos, eso sí, lo ha dejado antes de morir en el ring, como le ocurrió a su compañero de batallas Mitsuharu Misawa.

¿Qué mejor momento, por tanto, para repasar la que, posiblemente, sea su mejor lucha single? Bueno, de hecho puede ser la mejor lucha single de la historia. Es su combate frente al  gran Stan Hansen, del 29 de julio de 1993.

Un jovencito Kobashi se enfrenta a un bestiajo al que todo el mundo tenía que respetar, un extranjero que pronto decide reventarle la cara al japonés. Pero Kobashi no es un don nadie, también tiene su furia, y le devuelve la misma moneda a Hanse, incluida su lluvia de chops.

Hansen se enfurece por la falta de respeto, incluido un perfecto suplex. ¡Nadie podía realizar un suplex como ese a un tipo tan pesado como Stan Hansen en esa época, y menos un nilñato como Kenta Kobashi! El duelo cambia y el americano tira a herir, lanzando fuera del ring a su rival y aplicando serios castigos a la espalda, powerbomb en ringside incluida.

El dominio de Stand Hansen en esta parte es obvio, pero comete un error grave: se lanza fuera del ring contra Kobashi, pero impacta contra la valla de seguridad al ser esquivado por este, hiriéndose el costado. Kenta ha estado picaro, Stan sufre mucho dolor, y el japonés ya tiene un objetivo.

Kenta Kobashi ataca a Stan Hansen repetidamente en su costado, y este vende cada ataque de forma perfecta, consiguiendo que el público se vuelve loco cada vez que Kenta consigue darle ahí. Y es que, Hansen es un maestro de contar historias en el ring, no hace shooting Star Press ni rollos de esos, consigue que la gente, incluso el público japonés, vibre con golpes simples, porque les ha hecho entender que de esos golpes depende el resultado del combate.

La gente corea a Kobashi, mientras Stan, utilizando su mayor tamaño, consigue reponerse por momento, aplicando poderosos back-suplexs, y sus típicos golpes en la cara. Cuando se arremanga la codera, haciendo entender que va a propinar un golpe de antebrazo o un Lariato, el estadio tiembla, pues todo el mundo conoce el poder de  sus golpes.

Finalmente, Kenta Kobashi consigue aplicar un monsault, pero en la primera tentativa, Hansen consigue girarse un pelín para que el japonés no impacte en su zona izquierda, en la que sufre dolores insoportables. No puede hacer lo propio con el segundo monsault, que le da la victoria a Kobashi en un combate épico, con una historia que no podría ser mejor contada.


Puntuación: *****

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